miércoles, 11 de febrero de 2015

EL SECRETO PRINCIPAL DEL EXITO



“Si una persona es perseverante, aunque sea dura de entendimiento, se hará inteligente; y aunque sea débil se transformará en fuerte”~ Leonardo Da Vinci

La perseverancia es un valor muy importante como cada uno de los siete principios del Liderazgo Implacable, porque implica que nunca debes rendirte.
Quisiera que guardes muy bien esto en tu mente y lo escribas:
“La única manera de fracasar en la vida, es rendirse.”
Tomás Alva Edison hizo más de diez mil intentos para inventar la bombilla eléctrica, ¿te imaginas si Tomás Alva Edison se hubiera rendido?
No estuviéramos disfrutando del espectáculo de las luces, que se ven hermosas en la noche, gracias a un invento que se efectuó desde hace décadas por la perseverancia de un individuo y que gracias a eso trascendió en la historia.
Entonces. ¿Qué es la perseverancia?
La perseverancia es tener una meta clara, y no rendirte hasta conseguirla.

¿Qué quiere decir?

Tú puedes tener una meta clara y establecer un cierto tiempo para lograrlo, y puede pasar que, por alguna razón, no logres cumplir esa meta que en ese tiempo tú estableciste, por diferentes situaciones, actividades, y se unieron varias cosas para que esa meta, en el tiempo que estableciste todavía no se haya logrado; el peor error que puedes cometer, sobre todo si es una meta clara, es rendirte y desistir de esa meta que tenías.
Porque tarde o temprano, y te lo digo de verdad, si tienes una meta, un sueño lo suficientemente fuerte, tarde o temprano, la vas a alcanzar.
Yo pasé de estar quebrado totalmente – porque cuando no tienes ingresos y tienes una gran deuda, estás totalmente quebrado – a vivir un estilo de vida envidiable, donde no solo puedo disfrutar de una gran calidad de vida, sino que también tengo el respeto de muchísima gente, precisamente por esos ajustes que hice y porque yo tenía muy claro a dónde quería llegar y que tarde o temprano, si yo hacía esos ajustes necesarios, ese resultado que yo quería, iba a llegar.

Como líder tienes que seguir poniéndote metas más altas, sin embargo, lo más importante es cuando acaricias ese primer objetivo que en algún momento lo veías lejano y que ahora es realidad, tienes que celebrarlo, no te puedes estancar ahí, porque siempre tienes que tener algo qué alcanzar, sin embargo cuando logres esa meta que en algún momento fue algo inalcanzable para ti, porque creías que era imposible o difícil, tienes que celebrarlo cuando lo logres, y solo vas a llegar si eres perseverante, si jamás te rindes.
Recuerda que toda meta lleva un proceso; si tienes una meta, muy probablemente tendrás que desarrollar nuevas habilidades para lograrla, y esas habilidades implican un proceso y un tiempo para desarrollarlas, por eso debes tener la paciencia y la perseverancia de estar seguro de que, si continúas en ese camino, tarde o temprano tu meta se va a lograr.
El éxito, en realidad, contrario a lo que la gran mayoría de personas piensa, no es algo que se da de la noche a la mañana, nunca ha sido así, porque de lo contrario no sería éxito.
El éxito es vivir el proceso de transformación que te permite desarrollar habilidades, las cuales te llevan a alcanzar un objetivo.

Autor: Víctor Capetillo

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EL GRAN PODER DE LA DISCIPLINA



Haz Esto Aunque No Quieras Hacerlo 

La disciplina representa la segunda creación. Es la ejecución, el hacer que ocurra algo, el sacrificio que supone hacer lo que haga falta para realizar esa visión.~ Steven Covey
¿Qué es la disciplina?
La disciplina es hacer lo que se tiene que hacer, cuando lo tienes que hacer, te guste o no guste, lo quieras hacer o no, pero que de todos modos lo haces.
Eso es la disciplina, y es, precisamente, por eso que es tan importante.
Habrá días en que estés muy cansado y en los que sepas que tienes que hacer una tarea muy grande.
Si no haces el intento, por lo menos, el intento de iniciarla, nunca la vas a realizar y por ende, no lograrás tu objetivo. Por lo tanto, es muy importante que tengas claro que la disciplina es una base fundamental del éxito de cualquier persona.
Uno de mis mentores, Raúl Luna me dijo lo siguiente:
“La disciplina vence al talento, cuando el talento no trabaja lo suficientemente duro.”
Lamentablemente en este mundo hay un sinfín de personas que tienen talento pero no son disciplinados
La buena noticia con esto es que, si realmente eres disciplinado no habrá nada que te detenga.
Ya que, aunque al momento de tomar un reto haya una habilidad que no domines, con DISCIPLINA harás las acciones necesarias para aprender o dominar la habilidad que debes reforzar, y sin ninguna duda lograrás el objetivo.
Quiero que la frase anterior quede grabada en tu mente, y por ese motivo te contaré una anécdota:
Uno de los supervisores que estuvo en mi equipo de trabajo es una persona muy talentosa, pero su peor enemigo es él mismo – Y lo había querido ayudar muchas veces, pero para que eso ocurra, la persona debe querer ser ayudada, ya lo revisamos en el anterior articulo, con el tema de la humildad, en el cual veíamos que si la persona no acepta que necesita la ayuda, por más de que le des consejos, estos no surtirán efecto, y quedarán en el aire – porque no tiene disciplina.
Lamentablemente en este mundo hay un sinfín de personas que tienen talento pero no son disciplinados. Sin embargo, hay muchos ejemplos de gente que con disciplina ha ido poco a poco desarrollando sus talentos y se han convertido en personas muy exitosas.
Esta persona, tiene un talento muy desarrollado para la actividad que realiza, sin embargo no es disciplinado, y en el equipo de trabajo donde nos encontrábamos, no realizaba las actividades que debía hacer, y cuando eso pasa, se debe hacer una llamada de atención fuerte al miembro del equipo, porque un equipo ganador no se puede permitir eso, y es fundamental el tema de la disciplina.
Si una persona no tiene la disciplina para ejecutar las cosas que tiene que hacer, por más que posea el talento necesario, se va a truncar su éxito y va a vivir de fracaso en fracaso, preguntándose siempre por qué no le salen las cosas.
Créeme que uno de los ajustes que tuve que hacer cuando perdí mi empleo y tenía esa deuda tan grande, fue tener la disciplina de hacer lo que debía hacer para tener un estilo de vida diferente; aprender de mentores, libros, estudiar, repasar, estar desarrollándome cuando otros estaban divirtiéndose.
Es decir, tuve que “sacrificar” el “querer” por el “deber”. Tuve que hacer lo que tenía que hacer, me gustase o no. Punto. Tuve que ser disciplinado.
Ese fue el precio que tuve que pagar para poder vivir ahora, mucho mejor que entonces, hoy puedo seguir desarrollándome y a la vez, darme el tiempo de disfrutar como antes no lo hubiera podido hacer.
Es un pequeño precio que se paga, y el más importante, tiene que ver con la disciplina.
Haz lo que tengas que hacer, cuando lo tengas que hacer, ya sea que tengas ganas o no, ya sea que te guste o no, por el simple hecho de saber que el resultado final que te va a dar esa tarea y ese compromiso que estás haciendo contigo mismo, te va a llevar irremediablemente al éxito.
Toma este valor tan importante y adóptalo en tu vida, porque ha sido el causante de crear imperios de los negocios, de crear líderes implacables (LI).
Un líder que no tiene disciplina, no puede esperar que su equipo tenga disciplina, es por eso que me he ganado el derecho de tomar decisiones, y que nadie me cuestione.

Autor: Victor Capetillo

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